En torno al debate en Comisón Plenaria, Mas Vida estuvo presente en la Cámara de Diputados de la Nación brindando varias ponencias sobre la experiencia asistiendo a madres en estado de vulnerabilidad, informando sobre el Caso de Keila Jones, y finalmente exponiendo sobre los datos oficiales que prueban que el aborto siempre es un error, que en donde se legalizó aumentaron la cantidad de abortos, y con ello la morbi-mortalidad materna.

Carolina Alvarado contando la experiencia con madres en estado de vulnerabilidad
Nuestro país no puede legislar en materia sensible como son los derechos humanos, sin tomar la experiencia de otros países (58 sobre 206 que existen) en donde se legalizó algún tipo de aborto. En todos ellos, se ha demostrado que es un error, y que no soluciona nada, razón por la cual se encuentra en proceso de restricción y abolición en la mayoría de ellos.
También ha quedado demostrado que la cifra real de abortos en nuestro país se ubica entre los 10.000 y 30.000 por año, muy lejos de los supuestos 300.000, 500.000 o 1.000.000 aducidos, aunque dejando especial idea de que un solo aborto representa un fracaso total del Estado que debió evitarlo.
Sobre la falacia de que el aborto clandestino representa la principal causa de muerte materna, en base a los datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, se pudo comprobar que no solamente no lo es, sino que además es la última causa de muerte materna desde el año 2007, ratio que además se encuentra en baja, y sería menor aún de no haber sido por el protocolo de muerte que se instaló en 2012 y que terminó aumentando nuevamente la mortandad (por el aumento de abortos), como resultó el conocido caso de Keila Jones, de 17 años, que falleció como producto de un aborto con misoprostol en el hospital público de El Maitén (Chubut).

Raul Magnasco exponiendo cifras oficiales
Felicitamos a los expositores, y agradecemos a los Diputados, en su gran mayoría a favor de la Vida, que se encuentran comprometidos con la verdad por sobre el negocio y lobby del aborto.

Ayelén Alancay, en el momento que hace escuchar los latidos del corazón de una niña en el vientre.